La Majestad siempre precede a la Belleza, de modo que los corazones de los ‘ârifîn se sumergen en un estado de íntima contracción que los sumerge en la tristeza hasta que la Belleza se muestra arropándolos bajo el manto de la Misericordia.
Espero de la generosidad y bondad de quienes leerán este libro que, no olvidarán al que se ha ocupado en la composición y redacción de este libro, el cual ha sido titulado Nafahât al-uns min hadarât al-quds.
Ibn al-Munkadir era uno de los más importantes sabios y ascetas de Madina. Sin embargo, a pesar de su estatus y prestigio, no le costaba reconocer sus errores.
Cuántas veces habremos estado inmersos en una conversación y alguien ha soltado: ¿te soy sincer@? Es justo ahí cuando sobreviene un silencio sepulcral de segundos en los que miras a la persona pensando: ¿es que no lo estabas siendo?
Aunque cada Profeta fue un ser inteligente y dotado de un entendimiento amplio y un alma pura, estos rasgos no desempeñan ningún papel en la elección de un Profeta por Dios. La mayor parte de los Profetas, incluyendo a Muhammad, eran iletrados y por lo tanto fueron enseñados por Dios. El profeta Muhammad, a pesar de su analfabetismo, tenía el conocimiento del pasado y del futuro, y perspicacia en cada rama del conocimiento.
El elemento de los amantes, aquellos que tienen ese estado más alto, es el de la tierra, el de la arcilla. Porque uno la toma, la modela y hace lo que quiere con ella, tiene total sumisión. La arcilla no se puede negar a nada. Si la tiramos en el agua se disuelve, si la tiramos en el fuego se endurece. El viento la seca. Está totalmente sometida. La arcilla es Musulmana.
La sinceridad y la espiritualidad son de capital importancia en nuestra vida cotidiana. La vida humana puede triunfar sólo cuando está basada en una concentrada confirmación de la Verdad en la multiplicidad de la vida.
Siempre que alguien toma Shahada y se compromete con su Señor es un día muy especial. De manera que éste va a ser un Sohbet de historias, de pequeñas historias, muy especialmente de una historia que ha tocado una fibra muy intensa de mi corazón al volverla a leer. Me refiero al relato del Qadi Bektashi.
Quien actúa para obtener un beneficio pertenece al número de los comerciantes, quien actúa por temor a un castigo, pertenece al número de los esclavos, quien actúa únicamente por Allah es contado entre los libres y los nobles.
En el conocimiento de Allah, el ijlás, la pureza sincera de la conciencia, está descrita en una sura: Dí: Allah es Uno, Allah es Suficiente, no ha engendrado ni ha sido engendrado y no hay nada que se le asemeje. Un sufí contó: Tuve que repetir de nuevo el salat de treinta años que había hecho siempre en la primera fila de la mezquita pues sucedió que un día me retrasé y al llegar a la mezquita tuve que establecer el salat en la segunda fila.
Es inconcebible una sociedad justa en la que sus miembros no sean solidarios. Dependemos unos de otros y todos dependemos de Allah. Romper esa armonía es romper lo que Allah ha ordenado mantener unido.
Hablar es fácil pero escuchar es difícil. Todos pueden hablar pero solo unos pocos pueden escuchar. Aparentemente nos parece que mucha gente nos escucha; verdaderamente ellos pueden llegar a oír lo que decimos, pero no nos están escuchando. Dios Todopoderoso nos dió una lengua y dos orejas, por qué no nos dió dos lenguas y una oreja? Dos orejas y una lengua nos indica que hablemos poco y escuchemos más.
El principio fundamental del Islam es la Afirmación de la Unidad Divina Tawhid. Debido a que esa Sura gloriosa expresa este principio con la mayor elocuencia, precisión y pureza, se la llama Unicidad al-tawhid o Principio Básico asas, así como por su título usual: Sinceridad ikhlas. Algunos la llaman la Eterna samad, Salvación najah o Sabiduría Verdadera marifa, en vista de su significado y contenido. Todos estos nombres benditos son permisibles.
El camino a la verdad del Islam pasa por la acción y la sinceridad. La ruina de la persona corriente es saber, pero no ser capaz de actuar de acuerdo con ese conocimiento. La de una persona más elevada, es actuar de acuerdo con lo que sabe, pero sin sinceridad. El peligro para una persona de un nivel mas alto es divulgar conocimiento sin el permiso del Señor, pues el conocimiento inspirado y la habilidad de ejercerlo con sinceridad es uno de los secretos de la Verdad y solo puede ser comparti
La sinceridad fluye al mismo tiempo que el abandono confiado. El ijlás y el tawakkul caminan juntos. No hay verdadera sinceridad sin que al mismo tiempo esté la conciencia de Allah, la taqua, una conciencia que lo es de Su Poder, de Su Sabiduría y de Su Compasión. Un abandono confiado es la prueba de nuestra sinceridad, de que vivimos de acuerdo a nuestro din.
Del libro La maravillosa vida de Dhû-l-Nûn el Egipcio Editora Regional de Murcia
La claridad y el conocimiento correcto ayudan a marchar por el Sendero Recto. Pero ello no es todo, nuestro corazón será probado por los deseos, el mal, el desvío y toda suerte de ilusiones.
La claridad y el conocimiento correcto ayudan a marchar por el Sendero Recto. Pero ello no es todo, nuestro corazón será probado por los deseos, el mal, el desvío y toda suerte de ilusiones.
Los comienzos del Islam fueron difíciles. Los primeros trece años estuvieron repletos de vicisitudes, dificultades y obstáculos. Los musulmanes fueron marginados y perseguidos en Meca.
Rasûlullâh (s.a.s.) era sincero incluso cuando bromeaba. Abû Huráira contó que los Sahâba se sorprendían porque Rasûlullâh (s.a.s.) gastaba bromas.
Rasûlullâh (s.a.s.) era conocido por su sinceridad ya antes de comenzar a transmitir la Revelación. En la época preislámica se le llamaba con el doble sobrenombre de Sâdiq-Sâdiq, que significa persona sincera en la que se puede depositar la confianza.
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