Las nuevas tecnologías se han transformado en el mejor cauce para introducir, expandir y afianzar ideas que están cambiando nuestras sociedades, especialmente los sectores más vulnerables. Y en ese sentido, también las ide
Los islamófobos no quieren separar a los wahabíes del sunnismo, porque quieren mezclarlo todo para manipular mejor los verdaderos principios del islam. Esta es la estrategia desde la que se esconden todos los partidos xenófobos y populistas de de extrema derecha en Europa.
Los falsos salafistas de hoy son aquellos que aprenden a torturar sin piedad, a violar mujeres y a matar niños, grabando sus crímenes y difundiéndolos en internet. El falso salafismo de hoy es una creación humana. Una adaptación del fascismo europeo a los países de mayoría musulmana.
Salafistes (Francia, 2015), es una película que muestra la cruda realidad del extremismo religioso en el mundo árabe. La película de François Margolin y Lemine Ould Salem no ha estado exenta de polémica en Francia, donde estuvo a punto de prohibirse su emisión.
Y a todo esto, ¿y del salafismo, qué? Ni palabra. Al fin y al cabo son buena gente, ayudan a los jóvenes a salir de la droga y de los malos hábitos, les aconsejan que no sean viciosos y una vez rehabilitados les obsequian un billete con destino a Siria…
Un alto porcentaje de la islamofobia se debe a que muchos medios de comunicación dan cobertura a los discursos islamófobos de políticos populistas y xenófobos y no denuncian que las primeras víctimas de los terroristas son los musulmanes.
A cuatro años del derrocamiento de Muamar Gadafi y posterior intervención militar occidental, Libia vive un escenario de fragmentación territorial y lucha por el poder, con dos gobiernos que se disputan, la posibilidad de negociar las enormes riquezas petrolíferas y gasíferas del país.
Los servicios religiosos que se ofrecen actualmente no consiguen satisfacer las demandas crecientes de las 50.000 mezquitas repartidas por Marruecos.
Como es sabido, el ihsân es el tercer nivel, o nivel supremo tras la sumisión o islam y la creencia o iman. El ihsân entronca a su vez con el dicho profético “Dios ha ordenado el ihsân para toda cosa”. (Muslim, Kitâb as-sayd).
Las evidencias vinculan la difusión del salafo-wahhabismo a los intereses de EEUU de manera directa mediante los tratados bilaterales con Arabia Saudi y de manera indirecta mediante la invocación de la lucha contra el yihadismo como pretexto para invadir y ocupar las tierras de los musulmanes
El salafismo, bajo una observación rigurosa se aleja de la pretensiones reformistas y ultra ortodoxas con las que se presenta y se manifiesta como un instrumento de dominación y garantía para los intereses neocolonialistas.
Los radicales salafistas se han dedicado a vigilar a lo largo y a lo ancho el espectro de la sociedad tunecina: a clérigos liberales, a los artistas, laicos, sufíes, minorías religiosas, educadores, extranjeros, activistas, etc.
Precisamente sheij Al Buti fue una de la pocas figuras destacadas en el mundo sunni tradicional que venía alertando a su comunidad, de manera clara, sobre el peligro que para el propio Islam sunni representa la ideología wahabo-salafi.
Al caer el califato Omeya de Damasco, y proclamarse en España Adur Rahmán Califa, España se transformó en el foco de preservación del Islam puro, dejando de lado la figura del propio califa, lo que había ocasionado el declive omeya, fue la arabización en detrimento de la igualdad de los musulmanes e
El Gobierno tunecino, liderado por islamistas, ha legalizado un partido salafista, una tendencia puritana del islam, según han informado el fundador de la formación y una fuente del Ejecutivo. Es la primera vez que ocurre algo así en Túnez, uno de los Estados más laicos del mundo árabe.
Los sufíes han sido víctimas de los talibanes paquistaníes o de los salafistas egipcios tras la caída de Hosni Mubarak. Ahora parece llegarle el turno a los libios. “En el salafismo hay gente sensata, pero han surgido grupos virulentos que van creciendo y tienen, además, armas”, dice Nayed. Con sus principios de “generosidad, compasión y amor al prójimo”, los sufíes no han llegado muy lejos frente a los violentos. Tampoco con sus llamamientos a las autoridades.
La farsa fue puesta en marcha en 1750 y logró su éxito en 1932
“salir del túnel de la pobreza, la ignorancia y la enfermedad y abrazar la libertad, la democracia, la justicia social y los derechos humanos tras poner fin al autoritarismo político, la opresión social, el saqueo económico, el atraso científico y educativo y la manipulación informativa”.
Para la mayoría de los analistas, la victoria de los Hermanos Musulmanes en Egipto era de esperar. La gran sorpresa la ha protagonizado el segundo lugar obtenido por la coalición Al Nour, que integra varios partidos salafistas, la corriente más conservadora del islamismo político. Mahmoud Fathy, un ingeniero de 28 años, ha sido uno de los candidatos y líderes salafistas en estas elecciones para un distrito de El Cairo. Reproduciomos esta conversación de La Tercera con él en la plaza Tahr
Este texto relata la controversia entre el Shayj Ahmad Ibn Ata Allah al-Iskandari y un hombre de renombre dentro del movimiento denominado “Salafi”, el Shayj Ahmad Ibn `Abd al-Halim Ibn Taymiyya durante la época mameluca en Egipto bajo el reino del Sultan Muhammad Ibn Qalawun (al-Malik al-Nasir)
El profesor Mohamed Ábed Yabri, en su libro «El legado filosófico Árabe», antes de acercarse de forma crítica a filósofos como Avicena o el propio Averrores, realiza una interesantísima reflexión sobre la situación del mundo islámico actual desde el plano filosófico, intelectual y político y en concreto sobre el «salafismo», movimiento doctrinal nacido a finales del siglo XIX que es utilizado por el yihadismo para fundamentar sus fines.
Actualmente, el término fundamentalismo es un cajón de sastre que a fuerza de aplicarse a cosas distintas significa muy poco. Es un término que en Occidente se utiliza para descalificar todo movimiento del mundo musulmán que vaya contra los intereses de Estados Unidos.
Al Nur cuenta entre sus miembros con mujeres y cristianos. Es un partido salafista que agrupa a jóvenes, pero los clérigos no tienen nada que ver con la formación, señaló Yaser Metwalli, uno de sus fundadores, al diario egipcio Al Masry Al Youm. El grupo aún no ha decidido si participará en los próximos comicios parlamentarias y presidenciales ni si permitirá que un copto o una mujer aspiren a la jefatura del Estado.
Mansur Cornell analiza las criticas salafíes al sufismo, la hermenéutica de al-Gazali y la visión akbarí sobre la tolerancia y el pluralismo religioso. El sufismo, al igual que la mayor parte de las instituciones religiosas del Islam sunní, remonta sus orígenes al Corán, la sunna del Profeta Muhammad y el estilo de vida de las primeras generaciones de musulmanes (al-salaf al-salih). Por tanto, tiene al menos tanto derecho a ser llamado salafi como sus oponentes.
Santuarios venerados desde hace siglos por los musulmanes sunitas de Egipto fueron atacados por fundamentalistas islámicos que tratan de purgar el país de lo que llaman elementos heréticos, que no se ajustan a su interpretación de la religión.
Con las manos limpias o bajo sospecha, la nueva autoridad ejecutiva ha de enfrentarse a retos descomunales. La introducción de la sharia a lo largo de la pasada década en doce Estados septentrionales cuestionó el carácter secular de la Administración, mientras que la guerra en el delta del Níger, rico en crudo, ha interrumpido constantemente el tráfico del mayor exportador de petróleo de África.
Los Hermanos Musulmanes pidieron en un comunicado a los salafíes que revisen sus posiciones, que han suscitado preocupación y perturbación en el pueblo egipcio y les pidieron que trabajen para tranquilizar a la gente que ha llegado a estar aterrorizada por lo que algunos promueven.
Tema recurrente en las portadas de los diarios, el mundo árabe suele ser abordado desde el análisis geopolítico. También se mencionan a menudo los problemas que enfrenta en los ámbitos de la democracia y de la justicia social. En cambio, suele ocultarse el fermento cultural que opera en la región. Sin embargo, esa dinámica define las ideas y los comportamientos de todos.
Son casos aislados. Así responden buena parte de los imames y líderes de asociaciones musulmanas catalanas cuando se les pregunta su opinión sobre la presencia de versiones radicales del Islam en Catalunya. Ayer, decenas de representantes religiosos celebraron en Barcelona, bajo el lema «El Islam y la ciudadanía», un congreso en el que las intervenciones, conferencias y preguntas seguían un hilo conductor: la necesidad de practicar un Islam pacífico y de convivencia.
El error que se está cometiendo es que, a causa de la islamofobia y del discurso xenófobo que ha crecido en Catalunya gracias a Josep Anglada, muchos musulmanes se encuentran atrapados entre unos imanes que les acosan y sectores de la sociedad de acogida que les rechazan
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