La ṭahāra no es simplemente «lavarse», sino que es la preparación para la ‘ibada (la adoración), para entregarse a servir a Allāh t‘ala. Es preparar cuerpo y alma, algo que se hace durante la vida y está con nosotros hasta nuestro final. Sin purificación no hay camino posible en el islam.
Allah (swt) invita a la purificación de la creencia de toda forma de idolatría y pecado, todo junto con la purificación externa, es decir, la del cuerpo, de la vestimenta y de la vivienda, para que todo musulmán sea una persona aseada y cuide la higiene.
Ibn ‘Umar (ra) dijo que el Mensajero de Allah (sas) hizo obligatoria la Zakât al Fitr y ordenó pagarla antes de que la gente salga para cumplir con la oración del Aid
Aunque a la mujer que está menstruando no está permitido rezar, puede pasar la noche realizando otros actos de adoración como por ejemplo: Leer o recitar el Corán, Dhikr Istighfaar (orando por el perdón) y Dua (súplica)
La egoísta generosidad de los musulmanes se basa en la aleya 272 de la sura Al-Baqarah del Sagrado Corán: Toda caridad es en beneficio propio, hacedla anhelando el rostro de Alá y Su complacencia. Y sabed que se os recompensará por cuanto deis y no seréis oprimidos.
La ropa contaminada por una sustancia impura queda purificada si se la lava aunque solo sea con una pasada por el agua si desaparece la sustancia visible, esto si se la sumerge en agua corriente o se vuelca el agua sobre ella. Pero si es lavada en un recipiente, son necesarias tres pasadas de agua.
Existen dos clases de caridad: aquella que está prescrita por la religión, y la caridad espiritual. Esta última es de una naturaleza diferente. Las donaciones ordenadas por la religión provienen de los bienes legítimamente ganados en este mundo. Después de la deducción de una cierta cantidad destinada para el uso de nuestra familia, un porcentaje de lo que sobre es distribuido a los necesitados. Pero la caridad espiritual se toma de aquello que uno ha obtenido de los bienes del más allá
La purificación para ganar acceso a los atributos divinos necesita de una enseñanza que instruirá a uno en el proceso de limpieza del espejo del corazón de las imágenes animales y humanas, mediante la invocación de los Nombres divinos. Esta invocación se convierte en la clave, la palabra de pase, que abre el ojo del corazón. Unicamente cuando ese ojo está abierto puede uno ver los verdaderos atributos de Allah El Más Elevado.
La purificación es el limpiarse a sí mismo. Hay dos clases de limpieza. Una, exterior, es ordenada por los preceptos de la religión y es llevada a cabo mediante el lavado de nuestro cuerpo con agua pura. La otra, que es la purificación interna, se obtiene a través de la comprensión de la suciedad en nuestro ser, al ser consciente de nuestros pecados y arrepentirnos de ellos con sinceridad. La purificación interna necesita de un sendero espiritual y es enseñada por un maestro espiritual.
El Islam no es un camino de purificación. El ser humano es un animal puro. Las espiritualidades enfermizas han trabajado teológicamente con el concepto de la purificación, tratando de evitar todo lo que ensucia el alma del ser humano. El alma del ser humano no puede ser ensuciada. El cuerpo del ser humano es lo único que puede ensuciarse. El Islam no es un camino de purificación sino de salud. No se habla en el Corán de corazones limpios, sino de corazones sanos...
Una de las condiciones que lo prepara a uno para recordar es el hallarse en estado de ablución: lavado y limpio corporalmente, y purificado interiormente. En el comienzo, una condición para la efectividad de la recordación es el pronunciar en voz alta el texto que ha de ser recordado. Cuando estas palabras son recitadas, uno debe usar todo su esfuerzo para hallarse en un estado consciente. De esta manera el corazón escucha la palabra y es iluminado con la luz de aquello que es recordado.
El nombre `súfí es una expresión derivada de la palabra safa, puro. La razón por la que los Sufíes son conocidos por este nombre es que su mundo interior está purificado e iluminado con la luz de la sabiduría, la unidad y la unicidad. Otro significado para este apelativo surge del hecho de estar espiritualmente conectados con los compañeros constantes del Profeta (Que la Paz y las Bendiciones de Allah sean con él), a quienes se llamaba los compañeros de la vestimenta de lana.
El ayuno no es una tradición islámica exclusivamente sino que los cristianos y los judíos también conocían esta tradición aunque hoy en día es practicada de forma distinta y por una minoría. De hecho, Allah, Exaltado sea dice en el Noble Corán; ¡Oh, los que creéis! Se os ha sido prescrito el ayuno d
Haciendo evidente que el objetivo y la sabiduría de tal acto es la purificación del musulmán de sus impurezas y sus pecados. Dice el hadiz: ciertamente que esta nación será resucitada el día del juicio final reluciente, resplandeciente como vestigio del Wudu, se distinguirán por esto del resto de las naciones. Esto evidencia las virtudes del Wudu, y sus beneficios para el musulmán en esta vida y en la otra.
Deben evitarse los defectos de carácter que deshonren a Allah y a su mensajero. Entre estos se cuentan la arrogancia, la hipocresía, el orgullo santimonioso, la búsqueda de fama y reputación, la envidia, la irascibilidad, la sensualidad, la avaricia en lo material, y la búsqueda del status.
El sufismo o tasawwuf constituye una de las grandes tradiciones de sabiduría de la humanidad. Tal como lo conocemos, el sufismo se ha desarrollado históricamente dentro de la matriz cultural del Islam, si bien ha conservado unos rasgos propios muy peculiares que lo han singularizado sobremanera a lo largo de los siglos.
Si se retirase el velo de ti verías todas las cosas hablando, alabando a Dios, exaltado sea; sin embargo la imperfección está en ti, el velo procede de ti. Si te ha dado la gracia del arrepentimiento esto viene de Su Gracia, exaltado sea, vuélvete a Él; pues si tú has pecado setenta años y te vuelves a Él un solo instante, Dios borra lo que has hecho en este tiempo. Quien se arrepiente de sus pecados es como quien no tiene pecados.
Cinco mil musulmanes celebran desde el pasado 2 de agosto en Galicia una de sus tradiciones más longevas y arraigadas: el Ramadán. Esta fiesta sagrada recibe su nombre del noveno mes del calendario musulmán, cuando Dios entregó el libro del Islam al profeta Mahoma, y tiene por objeto purificar las almas de los fieles.
Abdalláh Mhanna es el Imam de la mezquita Almuhsennen del casco histórico de Almería. Asegura que el Islam lleva instalado en Almería desde hace 20 años. Durante el Ramadán se convierte es la persona que dirige los cinco rezos diarios que obliga el Islam. Al comienzo del mes del Ramadán, el Imam quiso transmitir un mensaje de solidaridad en la provincia, apelando al mes de ayuno que concluirá mañana, según los cálculos lunares.
Halal es una palabra árabe que significa legal o permitido. La parte de enfrente de halal es haram, el que significa ilegal o prohibido. Halal y haram son los términos universales de hecho que se aplican a todas las facetas de vida.
Me llamo Ramadán. Algunos ya me conocen, les veo sonriendo. ¿Os acordáis de mí? También entiendo por qué estáis emocionados... Es una relación de muchos años y yo tampoco me he olvidado de vosotros. Os conozco a todos/as. Sí, esas noches de Paz, Misericordia, tranquilidad, y esas oraciones... Compartimos la salat, la duua, el Corán, y muchas lágrimas...
El ayuno es una práctica común en la mayoría de las religiones. El Islam ha prescrito también el ayuno para los musulmanes, en la forma de un período de un mes de abstinencia acompañado de una intensa actividad devocional, que constituye el tercero de los pilares del Islam. El ayuno de Ramadán ha sido prescrito para formar a los musulmanes en la autodisciplina y en la obediencia escrupulosa a los mandatos de Dios.
En pocos días se iniciará el mes de Ramadán. En este mes Allah otorga la mayor recompensa y las puertas de la bondad y las del Cielo permanecen abiertas . Este es el mes de la fé. Durante Ramadán Allah reveló el Sagrado Quraan. Este mes está colmado de misericordia y de perdón de Allah. En efecto, el principio de Ramadán es Misericordia, su mitad es Perdón de Allah y el final del mes es la Salvación.
El ayuno es la práctica más antigua de todas las formas de curación natural. Los métodos empleados varían entre discontinuar una única comida por un corto periodo, hasta la abstinencia total de todas las comidas y líquidos por extensos periodos. Para muchas personas que nunca han ayunado, la idea parece extraña, y algunos incluso la consideran peligrosa.
El wudu es un ritual de purificación con agua que se hace previo a la salâ (segundo pilar del Islam). Su propósito es limpiar el cuerpo y los sentidos, tanto en el plano físico como en el espiritual, para así llegar a la oración libre de impurezas. La intención (niya) es un requisito imprescindible para su validez, ya que implica presencia y conciencia de lo que se está haciendo. Presentamos aquí un video donde podemos ver los difere
Dice el Sagrado Corán: Si no fuera por la Gracia de Allah y Su Misericordia no se hubiese purificado jamás ninguno de vosotros. Pero Allah purifica a quien El quiere. Allah es Oyentísimo, Conocentísimo (24:21). Debemos pensar que nuestra impurificación interior, sea auditiva, visional, de la memoria, de la intención, de la voluntad, sea que la veamos surgir de donde creamos que surge, es una prueba, y es como la enfermedad respecto de la salud.
Gramaticalmente, taqwa, honradez, deriva de la raíz del verbo waqa, que significa protegerse de las cosas peligrosas. Tiene dos significados según la religión. El significado general de taqwa es el cuidado que uno toma para distanciarse y protegerse de las condiciones que podrían dañar en la Vida Futura.
En los tiempos que corren, en una sociedad donde la religión va perdiendo inevitablemente la aceptación de la comunidad juvenil, entrando en sustitución por otros valores más cercanos al paganismo, el ateismo y la laicidad considero necesario dedicar unos párrafos a una opinión sobre el significado y los beneficios que el mes de Ramadán pueden producir sobre los jóvenes y la sociedad en general.
Allah nos dice que nuestro futuro depende de nuestro imán, no del deseo de autoinmolación. Allah no nos dice que deseemos la muerte en nuestro yihad, sino que nos esforcemos por mantenernos en la senda de la realidad, que nos esforcemos por aquello que nos señala nuestro imán, por establecer en nuestra tierra el sometimiento a la Realidad. Esta lucha produce la paz más duradera de todas, la que se conquista en nuestro interior tras el mayor de todos los esfuerzos.
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