“Todos estamos preocupados con la idea del cambio, y la mayoría de las personas se empeña en esto, haciendo programas. Queremos cambiar algo. “Yo debiera ser así o asá”, etc. Lo que ocurre es que la idea del cambio deliberado jamás, jamás, jamás resulta. Apenas uno dice “Yo quiero cambiar” – haciéndose un programa – aparece una fuerza contraria que le impide a uno cambiar. Los cambios ocurren solos. Si uno se mete más adentro en lo que uno es, si uno acepta lo que está ahí, entonces el cambio automáticamente ocurre por sí mismo. Esta es la paradoja del cambio. Podría hacer un poco de hincapié sobre todo con un sabio proverbio antiguo, que dice: “El camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones”. Desde el mismo momento en que uno toma una decisión de operar un cambio en uno mismo, se abre el camino al infierno, porque no se puede lograr. Entonces uno se siente mal, uno se tortura y empieza a jugar el famoso juego de la auto-tortura, que en nuestro tiempo es tan popular.
En la medida que se pelea con un síntoma, éste se agrava. Si uno asume la responsabilidad de lo que está haciendo, cómo uno produce su propia enfermedad, cómo uno produce su existencia –en el mismo momento en que uno se pone en contacto con uno mismo- empieza el crecimiento, comienza la integración.”
Debes iniciar sesión para escribir comentarios.
Si no estás registrado puedes registrarte en un minuto.
Junta Islámica - Avda. Trassierra, 52 - 14011 - Córdoba - España - Teléfono: (+34) 957 634 071